Aprovechando que nos encontramos en plena Cuaresma, escribo sobre un tema que en los últimos tiempos parece haberse puesto de moda, del que todo el mundo habla y del que sólo unos pocos tienen las ideas claras. Me refiero a la propiedad intelectual sobre la imaginería de la Semana Santa, a la forma de proceder en la restauración de las tallas y en el “politiqueo” de cuántos se lanzan a la palestra en busca de una notoriedad efímera, puesto que no pasarán a la Historia por haber obrado conforme a la legalidad y al respeto a con los autores de sus Titulares.
Crisis matrimoniales, fases en la vida de pareja o de matrimonio de desestimación, de desaprecio hacia el otro por múltiples razones, que bien se superan bien fulminan la relación. Y cuando hay menores de por medio la sutileza debe ser extrema.
Las crisis matrimoniales, más habituales de lo que se piensa, y en diferentes grados e intensidades, son causas centrales en el desarrollo de los menores, que soportan, la mayoría de veces en silencio las tediosas y odiosas discusiones que mantienen las dos personas que a él/ella les sirven, y servirán de referente el resto de su vida.